Señala un cruzado con armadura a un mercader sobre un caballo, armado con un sable curvo sobre su cintura:
_ ¿Por qué tapas tu rostro con esa capucha, infiel?
El mercader lo mira con sus ojos grises, cansados por el viaje, y responde:
_ Para que no se me enfríen las orejitas...
Y continúo su camino hacia Jerusalén.
FELIZ NAVIDAT Y ANO ÑUEVO!!!
Hace 18 años